El triple chantaje de Marruecos a Espaa: la lucha contra el yihadismo, Catalua y la inmigracin

El comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores marroqu el lunes era inusualmente largo (cuatro folios), extraamente explcito (con cifras concretas) y muy claro en las tres amenazas principales que lanzaba a Espaa como parte de su estrategia de presin con el Shara: la inmigracin ilegal, la lucha contra el yihadismo y Catalua. Rabat esgrima su valiosa ayuda en los tres asuntos y deslizaba que el clima de colaboracin podra cambiar si no terminaban lo que llamaba « intenciones hostiles hacia el Shara ». EL MUNDO analiza los datos ofrecidos por Marruecos y la importancia que tienen estos tres asuntos vitales para Espaa.
1. Yihadismo
Marruecos dedica un prrafo de su comunicado a la colaboracin antiterrorista, pero es igual de explcito que con la inmigracin: « La cooperacin ha permitido la desarticulacin de varias clulas y la neutralizacin de 82 actos terroristas ». En particular, Rabat cita la investigacin de los atentados del 11-M en Madrid, a la que « los servicios marroques contribuyeron de forma decisiva ».
Esta cita ha elevado la preocupacin en los servicios de informacin e inteligencia espaoles. Saben lo esencial que es Marruecos para frenar la actividad yihadista en Espaa y, por extensin, en Europa. Durante las ltimas semanas, las relaciones entre servicios estn tensas como cuerdas de lad, pero no se han roto. « A da de hoy, no », aseguran fuentes directas de la lucha contra el yihadismo.
La seguridad del Estado ha detectado una mayor presencia de agentes de la inteligencia marroqu en los alrededores del hospital de Logroo donde ha estado internado el lder del Frente Polisario, Brahim Ghali. Se han evitado actuaciones contra ellos, entre otras cosas, para no empeorar las relaciones y que se resienta la cooperacin policial.
El hecho de que Marruecos recuerde que ha colaborado en la « neutralizacin de 82 actos terroristas », adems de su colaboracin en las pesquisas por el 11-M, se interpreta en los servicios como una « velada amenaza », como un mensaje claro: sin ellos, Espaa es frgil a la infiltracin del yihadismo.
Desde la inteligencia y la seguridad del Estado se ha tratado de reforzar el contacto directo con los mandos marroques durante las ltimas semanas con el fin de blindar la colaboracin antiterrorista pese a la crisis.
« No se han roto las relaciones y la cooperacin policial. Pero no sera de extraar. Estos cierran el grifo para todo », apuntan fuentes de la lucha contra el terrorismo yihadista. Recuerdan que, actualmente, son ms de una veintena las investigaciones abiertas en Espaa, con informacin marroqu, de presuntos activistas o radicalizados simpatizantes del Daesh.
« Las relaciones no son fciles ni cmodas. Nunca lo han sido. Pero la situacin actual no tiene muchos precedentes. Es casi un da a da con los responsables directos y confiar en que el trabajo de acercamiento entre nuestros servicios est por encima de la crisis », apuntan estas fuentes.
2. Catalua
El independentismo cataln ocupaba buena parte del comunicado de Marruecos, citando varios episodios en los que colabor con Espaa para frenar ciertos intentos de accin exterior del independentismo (una visita al pas de « una delegacin econmica catalana en 2012 », « la peticin de visita y de reuni de un gran lder del separatismo cataln en 2017 ») y asegurando que, durante el 1-O, « Marruecos no opt por la neutralidad », sino que respald a Espaa « de forma clara y contundente ».
Es difcil calibrar qu podra hacer Rabat en este asunto, que a su vez est en un momento delicado, en vsperas de los indultos a los presos del 1-O que prepara Pedro Snchez y con Carles Puigdemont an huido en Blgica. Marruecos tiene un peso especfico en la esfera internacional, por sus fluidas relaciones con Estados Unidos y su capacidad de influencia en el mundo rabe.
El lder que quiso visitar el pas en 2017 al que hace referencia el comunicado no es otro que Puigdemont, quien tuvo que abortar su viaje a Rabat porque ninguna autoridad marroqu accedi a recibirle, tal y como revel entonces el ministro de Asuntos Exteriores alau, Nasser Bourita. Marruecos mantiene y mantendr siempre una estrecha concertacin con las autoridades espaolas para la organizacin de este tipo de visitas, incidi entonces el responsable de la diplomacia de Marruecos.
Igualmente, es cierto que Rabat hizo un ntido pronunciamiento en octubre de 2017, cuando dijo no reconocer el proceso unilateral de independencia de Catalua por ser contrario a la legalidad internacional. Aadi que la declaracin de independencia pronunciada en el Parlament fue irresponsable e inviable y portadora de inestabilidad y divisin, no slo en Espaa, sino en toda la regin europea.
En el fondo, lo que Marruecos hace con Catalua es intentar trazar una analoga. Al considerar el Shara como parte de su territorio, denuncia que no se puede defender el derecho de autodeterminacin aqu sin defenderlo tambin en Catalua, y viceversa.
3. Inmigracin
Marruecos utiliza recurrentemente la inmigracin como arma de presin, sabedor de que su colaboracin en el control de las fronteras es imprescindible para Espaa. Tambin lo hace en el comunicado del Ministerio de Exteriores, en el que subraya que su espritu de solidaridad ha prevalecido siempre en la cooperacin en materia de seguridad y en la lucha contra la inmigracin ilegal. As, la cooperacin migratoria ha permitido, desde 2017, abortar ms de 14.000 intentos de migracin irregular, detalla.
La capacidad de Rabat de presionar con este asunto qued clara el pasado 17 de mayo, con la entrada a Ceuta de miles de marroques con ayuda del pas vecino. La avalancha era el colofn a meses de especial presin migratoria, tras un 2020 en el que 41.861 personas entraron en Espaa de manera irregular, lo que supone 9.412 personas ms (un 29%) que en el ao anterior, fundamentalmente por la intensificacin de las rutas a Canarias.
Los Cuerpos de Seguridad del Estado temen que este verano no sea mucho mejor, sobre todo en Canarias, pero tambin en las costas andaluzas. La agencia europea Frontex ha ofrecido su colaboracin en previsin de un verano duro en inmigracin. Y desde Defensa no se descarta reforzar los efectivos destinados a frenar la inmigracin ilegal.
Para Alami Susi, presidente de la Asociacin Amigos del Pueblo Marroqu Itran, con sede en Barcelona, la utilizacin de la inmigracin como arma de presin, tal y como ha sucedido en Ceuta, es uno de los peores errores de Marruecos. Ese espectculo dantesco, usando a seres humanos, es inadmisible, dice antes de aadir tambin que el Gobierno espaol ha traicionado la confianza de Marruecos al no informarle de que acoga al lder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
El error de Marruecos ha sido utilizar la inmigracin y en concreto a los menores para presionar diplomticamente a Espaa, haciendo de esto no un tema migratorio sino poltico, opina Jos Carlos Cabrera, consultor de polticas migratorias y de infancia. El experto pone en valor el comunicado posterior de los ministerios del Interior y de Asuntos Exteriores de Marruecos, emitido ayer martes, que considera una rebaja de las tensiones. En l Marruecos muestra su disposicin a aceptar el retorno de los menores no acompaados, debidamente identificados. Podra ser un principio de buena poltica de vecindad en una proteccin trasnacional de los menores que circulan desde Marruecos hasta Europa, dice.
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